SILENCIO EN LAS CALLES
Es medianoche y otro año más no hay gente en los alrededores del Ayuntamiento. Otro año más que no podremos acudir a León pero que sí estaremos con el alma. Generación tras generación hemos vivido en nuestra familia, llena de papones y paponas, la alegría, la emoción y las ganas de experimentar la Semana Santa. Una Semana grande en la que todos nos convertimos en Hermanitos de Jesús. Este año, por segundo consecutivo, nos toca vivirlo de una forma distinta.
El sonido de las cornetas, trompetas y tambores no retumbará por las calles de León, pero estará muy presentes en nuestros hogares. Unas calles, las de León, que he recorrido año tras año para acompañar a Nuestro Señor el Nazareno en su camino a la cruz.
Otro año más que no podré ir a las doce de la noche a la Plaza de San Marcelo a escuchar la Ronda, momento mágico y único de nuestra Semana Santa Leonesa. Cambiaremos los aplausos al oír alzar la voz a nuestros papones al grito de “Levantaos Hermanitos de Jesús” por la pena de no poder estar allí presentes. Otro año más la Ronda no pondrá sonido a la madrugada.
El madrugón del Viernes Santo, que con tanta ilusión esperábamos, este año nuevamente no lo viviremos. No tendremos que pedir al Nazareno que la lluvia nos dé una tregua, en cambio le pediremos que sea la vida la que nos la dé.
El acudir a Santa Nonia a saludar a los papones de mi familia, que han ido pujando la Oración del Huerto, era el comienzo de nuestra procesión como paponas de acera.
De ahí siempre nos dirigíamos a la curva de Carbajalas con Castañones, para mí el lugar más especial para ver la procesión; allí contemplamos cómo nuestros Hermanos lentamente, con esfuerzo, en silencio y con recogimiento nos muestran el camino de Jesús a la Cruz. Siempre me ha sobrecogido el sonido del arrastrar de sus pasos, el ruido de las horquetas al chocar en las calles, todos al unísono, en armonía, acompañando a nuestro Nazareno.
El Nazareno, su cara de dolor, que hoy podemos identificar en el rostro de tantas víctimas que han sufrido esta dura pandemia. Y en la Virgen el sufrimiento de las familias al perder a sus seres queridos.
La Plaza Mayor, la Catedral, la Plaza de San Isidoro, la Calle el Cid y Santa Nonia son algunas de las calles que este año volverán a estar en silencio. Silencio por todos los que no están, pero nuestros pensamientos estarán junto a ellos. También sentiremos esperanza porque esta pandemia acabe y podamos volver a reunirnos todos los papones, y a ver pasear a Nuestro Señor por las calles de León.
CONCHITA ARIAS, MARÍA MARTÍNEZ Y CONCHI MARTÍNEZ
Paponas de acera