A pesar de que no viene explícitamente mencionada en ningún sitio, la moderna exégesis parece que se pone de acuerdo en señalar la fecha del 7 de abril del año 30 como la de la crucifixión y muerte de Cristo.
A esta conclusión llegan los modernos estudiosos de las escrituras, entre ellos el autor de la vasta y magnífica obra John P. Meier. Admitiendo esta fecha, se infiere que Jesús murió a la edad de 36 años, lo cual pueda sorprender, dado que, tradicionalmente, se considera que murió en la cruz a la de 33 años.
Para llegar a esta conclusión, los expertos se basan en datos de diferentes fuentes, tanto neotestamentarias como extrabíblicas, de autores como Flavio Josefo o Tácito.
De todas ellas se extraen los acontecimientos que resultan fundamentales para establecer una cronología razonable de la vida de Jesús. Herodes el Grande falleció en el año 4 a.C. y Poncio Pilatos desempeñó el cargo de prefecto de la provincia romana de Judea del año 26 d.C al año 36 d.C., de donde se deduce que Cristo vino al mundo aproximada y paradójicamente, en el año 6 a.C., ¿cómo se puede saber esto?, el episodio de la matanza de los niños inocentes menores de dos años que ordenó Herodes que, si murió en el año 4 a.C., Jesús un Judío Marginal, Jesús ya tenía que haber nacido con anterioridad a este año y debería de tener una edad igual o inferior a los dos años.
Por otra parte, la datación del mandato de Poncio Pilatos limita los años en que Cristo pudo ser crucificado, para establecer la fecha exacta hay que tener en cuenta que Jesús, según todas fuentes evangélicas, muere un viernes 14 de nisán (primer mes del calendario judío) y víspera del 15 nisán, que es la fecha en que se celebra la Pascua, luego se trata de encajar, con un estudio astronómico (estamos hablando de un plenilunio), qué fechas entre los años 26 y 36 d.C. coinciden con estas premisas.
El resultado es que únicamente dos días reúnen los requisitos, el 7 de abril del año 30 y el 3 de abril del año 33 d.C., la mayoría de autores se inclinan por la primera opción, basándose en el pasaje evangélico de Juan: “Los judíos entonces le replicaron [a Jesús] diciéndole: “¿Qué señal nos muestras para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruid este santuario y en tres días lo levantaré”. Los judíos le contestaron: “¿Cuarenta y seis años se han tardado en construir este santuario y tú lo vas a levantar en tres días?”” (Jn. 2, 18-21)
Dado que Herodes el Grande, según menciona Flavio Josefo, acomete la reconstrucción del Templo en el año 19 a.C., esto sitúa la escena anterior en la Pascua del 28 d.C. y como Jesús, según Juan, es crucificado durante la tercera pascua de su ministerio, su ejecución habría ocurrido durante el año 30, concretamente el 7 de abril del año 30.
Otros datos de interés en la cronología de la Pasión son que Cristo muere en la cruz no el 15 de nisán, si no el 14; este dato resulta de dar prevalencia a la narración temporal de Juan por encima de la de los sinópticos, ya que resulta impensable que el episodio de la liberación de Barrabás se hubiera producido el día de Pascua, precisamente la liberación se producía para que el liberado pudiera hacer los preparativos para celebrarla.
Es interesante señalar aquí que el día en el calendario hebreo comienza con la salida de 3 estrellas al ocaso y culmina en el ocaso del día siguiente. Los días se rigen por las puestas de sol. Por todo ello, se deduce que Cristo es crucificado y muere el 14 nisán, justo en el momento en que se sacrificaban los corderos para celebrar la Pascua judía, lo que da a la muerte de Jesús un profundo significado cristológico, ya que Jesús es el verdadero Cordero de Dios ofrecido en sacrificio.
Esto implica también que la “Última Cena” no fue una cena pascual como hasta no hace mucho se había creído, sino una cena de despedida.
Javier Hernández
Guia de “La Sebe” 2014