Por Javier Fernández Zardón.
Dos golpes recios en vara
-con orden casi abacial-
convierten a la calle Ancha
en Pasión tras un cristal…
TEATRILLO DE VITRINA… representaciones varias & variadas
(*) Teatro. (latín theatricus) Escenario o escena. Lugar en el que ocurren acontecimientos notables y dignos de atención. Arte de componer o representar obras dramáticas. Conjunto de obras dramáticas de un pueblo, época o autor…
HISTORIA DE UNA PASIÓN…
Un par de tornillos, martillo, llave fija… y un rollo de alambre.
Armazones y armaduras.
Cosidos, pespuntes… y puntadas.
Afeites, planchados… y pinturas.
Vara de medir y un libreto a mano alzada.
A golpe de imaginación, el escaparate (pulchra vitrina, entonces) va tomando forma… y cobrando vida.
Año a año, Semana a Semana, renace la pasión.
En la imaginación del autor (primero), en el regocijo del observador (después), en el juicio del transeúnte (finalmente).
Año a año, Semana a Semana, los personajes se asoman al gran teatro del mundo… al Teatrillo de Vitrina.
Si… nada de lo humano me es ajeno… tampoco de lo divino; si por “divinidad” se entiende -y a fe que así se entiende- la infinita paciencia de quien, entre bambalinas, compone -y recompone- la imaginería del más puro escaparatismo… antañón y modernista, pasional y apasionado.
Superando al tiempo, “viviendo” en la vitrina, los personajes se muestran tal como son o como su autor los entiende… y “explica”.
Representación apócrifa, teatral e independiente. En un intento -siempre logrado- de superar los márgenes del escenario, sus protagonistas acaban por cobrar vida… tan propia como cada cual pretenda.
Del proscenio a la platea. Del camerino al foso. Del bastidor a la tramoya. Del pescante al escotillón… y a la gloria efímera.
Al abrigo de la concha, el apuntador, en labores de director… encenderá las candilejas.
Sólo entonces -o precisamente- los actuantes, protagonistas ellos, iniciarán su pasional -por Semanal- representación…
¿Qué es el arte si no un destello fugaz que dura para siempre?