PUJA MIXTA EN ANGUSTIAS: UNA REALIDAD FURTIVA

Han pasado más de 10 años en que Susana Vergara -testigo de los sucesos- publicara en el Diario de León cómo un año la Virgen de la Soledad no tenía suficientes braceros ni para salir de Santa Nonia. Y de cómo se llenó el paso con hermanas de la cofradía, en número tan nutrido como escandalosas eran las ausencias de sus braceros titulares y suplentes, que aquel día apenas daban para cubrir poco más que la mitad de parrilla. Historia que remata un conocido y castizo bracero de ese paso al añadir “…y ese año se hizo una puja espléndida, porque ellas, las hermanas, venían a pujar y metieron el hombro, como pocas veces se había visto en ese paso durante el Entierro. Cosa que otros años no hacían muchos braceros de ese paso, cuando solo pujábamos los hombres”. Gracias a muchas mujeres que pujaron la Virgen de la Soledad, el paso Titular pudo salir en el Entierro de ese año y de otros muchos más, como nuestro castizo bracero recuerda en artículos, pregones o publicaciones semanasanteras, para mortificación de la junta de seises.

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Cada año más pasos siguen el camino de la Titular y se ven en una tesitura similar: la de no tener suficientes braceros -hombres- como para completar una parrilla y ni siquiera ser capaces de salir de la carpa o la capilla, con lo que se acaba rellenando con las hermanas. Y quien quiera escuchar estas historias puede oír al final el agradecimiento de los braceros de estos pasos, que al llegar a Santa Nonia les han dedicado más de una salva de aplausos. Famélico agradecimiento, pero es el único que le pueden ofrecer sus hermanos de puja, quienes no tienen en su mano abrirles las listas para que se incorporen a la puja sin tener que esconderse.

Triste situación, por cierto, las de muchas hermanas de la cofradía, que se ven caminando como suplentes detrás de su paso durante horas sin que nadie las pida un relevo, ni nadie las deje “echar una tiradina”. Alguna volverá a casa sin haber pujado, salvo que algún hermano -varón- le ofrezca su almohadilla para que pueda echar una tiradina furtiva, como quien está robando manzanas al vecino y lleva el temor pintado en los ojos. Salvo que no es robar una “tiradina”, como que el roba manzanas, sino que es tener el orgullo de llevar a Nuestro Señor en su Entierro sobre los hombros.
¿Ha llegado ya el momento de regular de una vez por todas la puja mixta?
En la fotografía se aprecia claramente a una bracera pujando Los Atributos (paso “masculino”), delatada por el maquillaje de sus ojos. ¿Tienes alguna otra foto que puedas compartir con nosotros en la que se constate esta realidad en otros pasos?

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