Miércoles de Ceniza -Cuaresma 2021

EL CAMBIO EN EL RITUAL DEL MIÉRCOLES DE CENIZA MARCA EL INICIO DE  UNA CUARESMA EN TIEMPOS DE PANDEMIA PARA “CAMINAR A BUEN PASO DE ESPERANZA”

 El obispo Luis Ángel preside mañana 17 de febrero, Miércoles de Ceniza, en la Catedral a las 18 h. la misa estacional que abre este Tiempo litúrgico

León, 16 de febrero de 2021

           El obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, presidirá mañana miércoles día 17 de febrero, Miércoles de Ceniza, la misa estacional en la Catedral a las 18 horas con la que se dará inicio en toda la Diócesis a la Cuaresma. Una celebración eucarística en una jornada de ayuno y abstinencia, marcada por la vigente limitación de aforo a un máximo de 25 personas en el interior de los templos, que incluirá el simbólico rito de bendición e imposición de la ceniza.

CAMBIOS EN EL RITUAL DE LA CENIZA

            Un ritual que este año, por efecto de la pandemia, se realizará con cambios indicados desde la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede. Según se prescribe en este documento, en las celebraciones litúrgicas de mañana “pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». Tras ello, el sacerdote se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada”.

            Según del delegado diocesano de Liturgia, Luis García, “estas indicaciones están encaminadas a preservar la salud de los fieles que participan en las celebraciones de este Miércoles de Ceniza y de lo que se trata es de evitar el contacto, es la gran norma-indicación práctica que se nos da para todas la circunstancias sociales de nuestra vida y también para la liturgia, y de esta forma, para evitar el contacto físico entre el sacerdote y el fiel que recibe la ceniza se establece esa forma de que la ceniza se deja caer sobre la cabeza del fiel que la recibe sin que haya un contacto físico, algo tan sencillo y tan de sentido común como ya se viene haciendo en la comunión y en los distintos momentos en los que la liturgia prescribe el acercamiento y que desde que comenzó esta situación de la pandemia se han sustituido por gestos alternativos”.

CARTA PASTORAL

            Y en medio de esta situación excepcional de la pandemia, ante la Cuaresma que mañana se inicia el obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, ha hecho pública una carta pastoral en la que bajo el título “Camino cuaresmal a buen paso de esperanza” hace hincapié en que esta Cuaresma “emprenderemos un camino hacia Jerusalén desde las circunstancias personales y sociales que cada uno y como Iglesia atravesamos”, condicionado por “la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias, que fraguan una losa pesada que produce miedo, hastío, crispación, inseguridad, soledad, pobreza, tristeza… Los tratamientos médicos todavía incipientes y las vacunas —debemos exigir que se dispensen al mundo entero sin ser objeto de lucro a costa de vidas humanas— aparecen como pabilo vacilante al que nos aferramos”.

            Sin embargo, Don Luis Ángel subraya que “para sobrellevar la carga de esta situación que todavía se vislumbra duradera, los cristianos contamos con el auxilio de la fe, la esperanza y la caridad” y recuerda el mensaje del Papa  en su mensaje para esta Cuaresma de 2021 cuando Francisco “nos invita a renovar esa fe, esa esperanza y esa caridad durante la Cuaresma para acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Jesucristo”.

            En este sentido el prelado legionense insiste en animara a todos a “ir hacia Jerusalén a buen paso de esperanza, haciendo avanzar con ella la fe y la caridad”. “La esperanza es una profecía cristiana imprescindible en estos tiempos, antes, durante y tras esta pandemia” remarco Don Luis Ángel para “caminar hacia la Pascua vueltos los ojos a la misericordia paciente de Dios, que cuida la Creación entera y nos convierte en ‘cuidadores fraternos’, igual que nos reconcilia y nos hace propagadores del perdón entre hermanos que es esperanza de fraternidad”.

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