Don Julián López se despide de la diócesis tras 18 «dedicado plenamente a servir a esta querida iglesia de León»

La Catedral ha acogido hoy una eucaristía de acción de gracias con aforo limitado y presencia de representantes de todas las realidades diocesanas que ha concluido con la entrega simbólica de un facsímil de la Biblia Mozárabe de San Isidoro como signo de agradecimiento

León, 11 de diciembre de 2020

Toda la Diócesis de León se despedía esta mañana en la Catedral de quien durante los últimos dieciocho años ha sido su obispo, Julián López Martín, con una solemne eucaristía de acción de gracias que estuvo presidida por el ahora administrador apostólico y en la que concelebraron los obispos de Santander, Manuel Sánchez Monge, y de Astorga, Jesús Fernández González, junto con una representación del presbiterio diocesano.

AFORO LIMITADO Y COMPLETO

En un templo con aforo limitado al cincuenta por ciento, para cumplir con todas las restricciones que impone la autoridad sanitaria, aforo que se cubrió con presencia de representantes de la vida consagrada, y de los distintos movimientos y asociaciones de apostolado seglar de la Diócesis, así como fieles y representantes institucionales encabezados por el alcalde de León, José Antonio Díez, que acudieron para acompañar a Mons. López Martín en esta celebración de despedida en la Catedral, quien durante dieciocho años ha sido obispo de León pronunció una homilía que comenzó señalando que “no es fácil centrarse en la escucha de la Palabra de Dios cuando el corazón y la mente están sometidos por las circunstancias a una presión fuera de lo habitual, motivada hoy por mi despedida en vísperas de cesar en el ejercicio del ministerio pastoral en esta querida Diócesis legionense”.

“He procurado servir a esta Iglesia de León desde aquel lejano 28 de abril del año 2002, cuando vine aquí procedente de la que fue mi primera diócesis, Ciudad Rodrigo”, rememoró Mons. López Martín para señalar la importancia de “esos dieciocho años plenamente dedicados, con el auxilio divino y con la generosa y valiosa colaboración del presbiterio, de la vida consagrada y del laicado, a la edificación de la Iglesia, comunión y misión, en este pueblo de León y a la santificación personal de todos sus miembros”. El obispo de León repasó su labor a lo largo de la etapa que ahora concluye desde el primer objetivo de “la santificación personal de todos los miembros del clero”, la “estima y confianza en la vida consagrada y su contribución de carismas y tareas apostólicas y a su integración armoniosa en la pastoral diocesana”, el fomento de la “comunión fraterna con el laicados” y se emocionó al recordar y actualizar el agradecimiento “a los innumerables misioneros y misioneras leones, a muchos de los cuales he tenido la satisfacción de conocer y apreciar”. Sin querer hacer balance detallado de toda esta etapa, Mons. López Martín aseguró que “el juicio definitivo se lo confío al Señor, esperando su misericordia” para concluir con una “humilde acción de gracias por los bienes recibidos y por los que el Señor se ha dignado otorgarme y otorgaron a través del ministerio pastoral; somos obras del Señor como decía San Pablo y celebraciones como la de hoy nos exigen un examen de conciencia sincero y profundo desde esa responsabilidad contraída al aceptar la misión, mirando a esta etapa convencido de que efectivamente ha sido el Señor quien nos ha llamado, nos ha santificado, nos ha enviado, nos ha acompañado y sostenido, y por todo esto no cabe sino un rendida, sincera y profunda acción de gracias al autor de todo bien como también a todos vosotros: ¡Qué todo sea para la mayor gloria de Dios y la santificación de todos los fieles! ¡Que la Santísima Virgen del Camino, San Froilán nuestro patrono y todos los santos y beatos leoneses nos guarden y acompañen siempre!”.

BIBLIA MOZÁRABE COMO OBSEQUIO

El concluir la celebración fue el vicario general, Florentino Alonso, quien manifestó el agradecimiento a Mons. López Martín en una alocución en al que recordó que “Don Julián ha sido nuestro Padre y Pastor desde el 28 de abril de 2002 y, en esta Eucaristía hemos podido dar gracias a Dios como Iglesia diocesana por Don Julián, por su persona vida y ministerio entre nosotros, y también le expresamos nuestro cariño de hijos, le agradecemos su testimonio como obispo y como persona que ha marcado ya la historia de esta Iglesia local y el corazón de todos nosotros, y su magisterio y caridad pastoral”. Y en señal de agradecimiento, al concluir la celebración una representación de los presbíteros participantes, encabezada por los obispos Manuel Sánchez Monge y Jesús Fernández, hacía entrega en la sacristía al prelado que hoy se despedía de un voluminoso facsímil de la Biblia Mozárabe de San Isidoro en cuidada edición museográfica.

Con esta eucaristía de acción de gracias el obispo Julián López ha puesto hoy el broche a su etapa episcopal, que concluirá el próximo sábado día 19 de diciembre, jornada de entrada en la Diócesis del nuevo obispo Luis Ángel de las Heras Berzal CMF., después de haber asumido el oficio canónico de administrador apostólico y haber continuado al frente del gobierno ordinario de la Diócesis desde el pasado día 21 de octubre cuando la Nunciatura daba a conocer el nombramiento del nuevo obispo de León. Una misa de acción de gracias con la que Mons. López Martín ha completado los ya más de dieciocho años al servicio pastoral de la Iglesia legionense, para la que fue nombrado obispo por el Papa San Juan Pablo II el día 19 de marzo de 2002 y en la que hizo su entrada, procedente entonces de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, el día 28 de abril de 2002. A lo largo de esta etapa, Mons. Julián López Martín, que según el Episcopologio propio de la Iglesia legionense ha sido su pastor número 128, ha promovido la ejecución de tres Planes Diocesanos de Pastoral de alcance quinquenal (2003-2008 “Para la edificación de la Iglesia”; 2009-2014 “El que escucha la Palabra y la entiende, ése dará fruto”, y 2015-2020 “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”) y el desarrollo de diecinueve ediciones de la “Semana de Pastoral”, hito eclesial que marca el inicio del curso pastoral cada mes de septiembre en la Iglesia de León desde el año 2002.

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