NOTA DE PRENSA
LA DIÓCESIS SE SUMA A LA JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE CON EL LEMA “NOS MOVEMOS POR EL TRABAJO DECENTE”
Las entidades que integran la Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” promueven mañana miércoles día 7 una vigilia de oración en la Parroquia de San Lorenzo a las 20 horas
León, 6 de octubre de 2020
La Diócesis de León se sumará mañana miércoles día 7 a los actos de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente que se celebra, como cada 7 de octubre, este año con el lema “Nos movemos por el trabajo decente”. La Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” (ITD) es la entidad que promueve esta convocatoria en la Diócesis, integrada por Cáritas Diocesana de León, la delegación diocesana de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), el Movimiento Rural Cristiano, la Delegación de Pastoral de Juventud y Universitaria y los grupos de Pastoral Obrera.
VIGILIA DE ORACIÓN
Y desde esta plataforma se ha organizado para mañana miércoles día 7 a partir de las 20 horas en la Parroquia de San Lorenzo una vigilia de oración en el interior del templo, con aforo limitado, y se ha descartado el acto público que en otras ediciones se organizaba a pie de calle para cumplir con las restricciones que precisamente a partir de mañana estarán vigentes en la capital leonesa por decisión de la autoridad sanitaria y que impiden concentraciones en la vía pública.
A pesar de todas estas limitaciones debidas a la situación de alerta sanitaria por la pandemia del Convid-19, desde la Iniciativa “Iglesia unida por el trabajo decente” la Diócesis de León se adhiere al manifiesto “Nos movemos por el trabajo decente” con el objetivo de “hacer visible la precariedad que sufre el mundo del trabajo, aumentada por la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia mundial de la Covid-19” y reiterar que “la crisis de la pandemia ha puesto de relieve las debilidades estructurales del Estado de bienestar en España y la necesidad del trabajo decente para el desarrollo de una sociedad fraterna”.
“Esta crisis nos ha enseñado que se puede consumir menos y mejor, que el servicio de aquellos oficios menos valorados, social y económicamente son los que sostienen la vida y el cuidado comunitario”, remarcan desde ese manifiesto las entidades de la Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente”. “La realidad en que nos encontramos está visibilizando las consecuencias de un modelo productivo incapaz de generar empleo con alto valor añadido y marcado por las altas tasas de precariedad laboral. Con empleos que se destruyen, cifras de ERTE y paro disparadas, protección social que no está llegando a quienes tienen derecho (como en el caso del ingreso mínimo vital o la prestación para las empleadas de hogar) y miles de personas sin posibilidad de acceso a la misma por ejercer su actividad en la economía sumergida”.
TRABAJO Y DIGNIDAD
“Demasiados empleos considerados esenciales mantienen condiciones laborales tan precarias que algunas veces rozan la vulneración de derechos y muchas la imposibilidad del sostenimiento de la vida. Esto está suponiendo que multitudes se vean abocadas a acudir a los servicios sociales públicos, a los recursos sociales de las organizaciones de la Iglesia o a la ayuda de las comunidades parroquiales y vecinales para poder subsistir. Es aquí donde se ha manifestado la mayor experiencia de solidaridad y apoyo común que hemos descubierto en esta circunstancia tan extraordinaria, una experiencia de unidad en la adversidad que ha hecho que nos movamos por el bien común. Tenemos que valorar el trabajo humano en la medida que nos dignifica como hijas e hijos de Dios, corresponsables con el cuidado de la vida y la creación”, se añade en este manifiesto de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.
Ante esta situación, las entidades que se integran en esta Iniciativa “Iglesia unida por el trabajo decente” reivindican la necesidad de trabajar “por un nuevo sistema productivo capaz de generar empleos con alto valor añadido y que ponga a la persona en el centro; lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida y que estos tengan unas condiciones laborales dignas que permitan a las personas salir de la pobreza; reconocer el derecho a la protección social sin que esté supeditado a la vida laboral; garantizar que el ingreso mínimo vital sea una realidad para las personas que lo necesitan, dotando a las instituciones de los recursos necesarios para su gestión; y asegurar la percepción del subsidio extraordinario a las trabajadoras de hogar y que se reconozca su derecho a la prestación por desempleo al igual que para el resto de personas trabajadoras”.
Y concluyen este manifiesto que mañana será el eje de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente reafirmando que “como movimientos de Iglesia, en ITD trabajamos en equipo con el fin de visibilizar la lucha por conseguir que el trabajo decente sea cada día más real en la vida de las personas y respetuoso con la casa común” para rematar con una cita del magisterio del Papa Pablo VI: ‘Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio…, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio…”.