HOY ES DOMINGO DE RAMOS

R q R
No me escondo. La gente que me conoce lo sabe. Soy un enamorado de mi cofradía. Llevo 9 años viviendo fuera, pero nunca he faltado a mi cita. Espero impaciente ese Viernes de Dolores en el que vuelvo a León y, sin prácticamente pasar por casa, salgo hacia la Iglesia del Mercado, pendiente de escuchar las campanas que dan el pistoletazo de salida a nuestra Semana Santa, previa degustación de la primera de muchas limonadas. El sábado por la mañana es el montaje, montaje que es familia, amistad, reencuentros y nerviosismo en la víspera del día en el que por fin el silencio de una plaza se rompe con el golpeo de las horquetas y los sones de Jesús del Prendimiento. Es, sin ninguna duda, el día grande de mi Semana Grande, el día que espero durante todo un año, el día que, debido a esta situación que vivimos, me falta (nos falta) por segunda vez consecutiva, y es algo que a este virus (no sé ustedes) no le voy a perdonar.
Siempre trato de explicar a la gente el sentimiento que embarga a un hermano de la Redención en esos momentos en los que, cubiertos con nuestro capillo y acompañados por el sonido del tambor destemplado, esperamos impacientemente los tres golpes del Hno. Secretario en el portón, pero hasta hoy me ha sido imposible.
Echo de menos cada momento, cada solo de corneta, cada abrazo, cada mecida, el sonido de un raseo, incluso cada «en este brazo pujaba mi bisabuelo» del papón de toda la vida, el crujir de la madera del trono, el sonido del llamador… Pero, aunque este no vaya a ser el año de reencontrarnos con todos esos momentos, os prometo que saldaremos la deuda pendiente, y con creces.
Seguiremos R q R hasta vivir un nuevo Domingo de Ramos en la calle, porque como dijo un buen amigo un Viernes de Dolores de hace justo un año…
Volveremos, ¡claro que volveremos!
Feliz Domingo de Ramos, papones y paponas de León.
JAVIER NUEVO FERRÍN
Bracero y montador

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