HOY ES VIERNES DE DOLORES

 

SALUDO
Hoy es, un año más, Viernes de Dolores. El día cuya llegada anhelamos ansiosos durante doce largos meses.
Pero hoy, un año más, desearíamos que el día que todo empieza, el que ve la salida de la Virgen que hace que todo León salga a la calle, quedara aún lejos. Desearíamos que faltaran meses para la luna de Nissan. Que aún tuviéramos tiempo para arreglar las túnicas, elegir una nueva mantilla o domar los zapatos con los que hacer penitencia.

Que pudiéramos desplazarnos a nuestra ciudad todos los papones que andamos repartidos por el mundo. Que pudiéramos celebrar reencuentros familiares en esos días que para muchos de nosotros lo son aún más que la Navidad. Que pudiéramos hacer planes para ver a los amigos, a los hermanos, a los compañeros de filas, a todas aquellas personas que comparten nuestra Pasión con quienes solo coincidimos diez días en todo el año.
Que una pandemia no impidiera que una multitud recibiera con vítores y palmas a un Cristo que recorre León sobre una borriquilla, ni que la Madre que ve pasar a su hijo camino del Calvario derramando lágrimas de amargura encontrara consuelo sobre nuestros hombros.
Que un toque de queda no prohibiera que una Ronda recorriera las calles de la ciudad convocando a los hermanitos de Jesús, ni que acompañáramos en su recogida a una Madre, digna y soberbia en su dolor, que acaba de enterrar a su único hijo; que no frustrara un Via Crucis junto a la muralla ni una vigilia en la que la Luz rompe las tinieblas.
Que nada ni nadie vetara a esa misma muchedumbre que habría querido dar la bienvenida a Jesús agitando sus ramos para que lo aclamara de nuevo una semana después, tras vencer a la muerte, la mañana de su Resurrección.
Pero, un año más, ese día ha llegado para recordarnos que nuestra pena no es nada comparada con el sufrimiento de un Dios que se hizo hombre para morir por nosotros ni con el dolor de su Madre. Y que los seres queridos que no han logrado ver una nueva Semana Santa acompañan al Señor en su gloria. Por ellos, por Él, no perdamos la esperanza ni la alegría de saber que un día también resucitarán.
Habrá más Viernes de Dolores. Habrá más Semanas Santas.
Papones, buena Semana Santa.

 

 

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