Consejos para mejorar la resistencia de un músico de viento metal en Semana Santa

Antes de comenzar este pequeño escrito sobre la resistencia en la práctica instrumental de los instrumentos de viento-metal, quiero dejar claro qué significa la palabra resistencia.

Vayamos a cualquier diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y veamos su definición.

Definición de la palabra Resistencia: Capacidad para resistir, para aguantar, soportar o sufrir.

Todos los músicos que tocamos en bandas de música en sus diferentes estilos instrumentales, como son las Bandas de Cornetas y Tambores, las Agrupaciones Musicales y las Bandas de Música, sabemos lo duro que es tocar un instrumento de viento-metal: la corneta, la trompeta, el fliscorno, la trompa, el trombón, el bombardino y la tuba, etc. Esa dureza física se incrementa más en las procesiones de nuestra Semana Santa, procesiones que oscilan entre 4, 5 a 8 horas y, entre 10, 12 o hasta 15 o 16 horas.

Los instrumentos de viento-metal son instrumentos muy físicos y muy duros a la hora de tocar y para mantener una calidad aceptable en la interpretación musical dependemos en gran medida de la resistencia de los músculos faciales.

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Cuando hablamos de los instrumentos musicales de viento-metal tenemos que tener en cuenta varios factores relacionados con la resistencia.

Tocar un instrumento de viento-metal es un arte y una habilidad. También es una actividad física que requiere el control de la respiración y una embocadura fuerte que no se resienta antes del fin de una actuación.

Para tener una buena resistencia, previamente tenemos que llegar a un buen estado de forma física.

La relajación es muy importante para la práctica instrumental y todavía más cuando se trata de los instrumentos de viento-metal.

Es muy importante tocar relajados en la medida de lo posible y sin crear tensiones bruscas que puedan dañar la resistencia de nuestros músculos a la hora de tocar.

Los instrumentistas de viento-metal somos verdaderos atletas, por lo tanto,  necesitamos estar en una buena forma psíquica y física para la práctica  instrumental.

Para llegar a un buen estado de forma física con nuestro instrumento, antes, tenemos que tener un trabajo previo, ya sea estudiando en casa o, en cada uno de nuestros ensayos, lo que conocemos como rutina de trabajo. Dicha rutina puede ser planificada por uno mismo o, si no tenemos tiempo de estudiar y trabajar en casa, podemos utilizar la rutina de trabajo que planifique en cada uno de nuestros ensayos el director musical de la banda en cuestión.

La resistencia se puede ganar de muchas formas.

El músculo orbicular es el encargado de controla el movimiento de la boca. Sabiendo que este músculo es el que soporta la embocadura, es importante dedicarle tiempo y trabajarlo con frecuencia.

Mantener una rutina constante  y diaria durante un largo período de tiempo nos ayudará a coger o adquirir una mayor resistencia. Con una rutina que se extienda varias horas diarias (entre 2 a 4 horas) durante un período de tiempo (al menos lo que dura el curso “bandístico”) debes entrenar el cuerpo para acostumbrarlo y para poder soportar procesiones pesadas en cuanto al números de horas. No es lógico pensar que puedes aguantar una procesión de 4 horas si nunca has practicado o ensayado durante mínimo 2 horas o más de 3 horas en un día. Igualmente, la fortaleza requerida en una procesión de Semana Santa es muy diferente de la que se necesita para practicar en casa.  Además de alargar tu tiempo de estudio diario o ensayo, asegúrate de practicar en mayor tiempo posible. Contra más practiquemos más resistencia vamos a tener con nuestro instrumento.

Algunos datos de interés:

  • La capacidad física no debería nunca ser explotada a más de 60-70% de su potencial.
  • La intensidad y el ritmo de trabajo personal deben adaptarse a las capacidades físicas de cada individuo.

Si tienen que utilizar más de lo que está en el margen de los 60-70%, se darán cuenta:

  • Que la potencia dinámica baja.
  • Que la calidad del sonido y de la afinación empobrece.

Consejos prácticos para mantener la resistencia.

Lo primero que tenemos que hacer antes de comenzar una procesión de Semana Santa es hacer un buen calentamiento previo a la práctica instrumental. Comencemos a hacer estiramientos con el músculo orbicular que es el encargado de controla el movimiento de la boca.

Un ejercicio1 práctico puede ser:

Utilicemos los dedos pulgar e índice y suavemente démonos una sesión de masaje facial.

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1Este ejercicio equivale o se asemeja cuando un atleta hace estiramientos. Es una forma eficaz de calentar sin el instrumento.

Es muy importante también hacer estiramientos desde la frente hasta la borla del mentón.

Una vez hayamos calentado los músculos de la cara y de la embocadura, a continuación podemos calentar con el instrumento. Utilicemos notas que no requieran mucho esfuerzo físico, registro medio y  grave.

Un factor muy importante a la hora de mantener la resistencia en la práctica instrumental, es la amplitud o fuerza del sonido que empleemos a la hora de tocar. No es lo mismo tocar fuerte que tocar suave. Al tocar más fuerte se gasta mucha más energía física que cuando tocamos con un sonido medio o suave. Esto se debe a la cantidad de aire que utilizamos para conseguir la fuerza.

Exactamente pasa lo mismo cuando tocamos el registro agudo, también gastamos mucha más energía que si tocamos en el registro medio grave. Todo está relacionado con la presión y velocidad del aire en nuestros instrumentos de viento-metal.

Es muy importante cuando estemos tocando en la banda, tener el concepto, que la fuerza o la intensidad se consigue a través del grupo, no a través de la individualidad. Tenemos que tener compañerismo y que premie siempre el conjunto.

Si tocamos fuerte y sin control, la resistencia sufrirá daños irreparables, afectando principalmente a la afinación, a la entonación y a la calidad del sonido.

Es primordial para la práctica instrumental tocar siempre lo más relajado posible y sentirnos cómodo a la hora de tocar para que nuestro instrumento suene correctamente.

Después de una larga experiencia como músico de banda, he llegado a la conclusión, que para aguantar una cofradía o procesión, tenemos que racionalizar los descansos dentro de la marcha. Dicho de otra forma, tenemos que tocar con vista. No podemos tocar la marcha de arriba abajo. Hay que ser inteligente a la hora de tocar. Para conseguir lo que estoy hablando es muy importante conocer la voz o la cuerda. En definitiva, el grupo.

¿Y por qué no podemos tocar toda la marcha completa?

Son tanta las horas que estamos detrás de los pasos de la Semana Santa y tantas las marchas que interpretamos, que es imposible poder tocar todas las marchas completas con la calidad musical que se requiere, ya que dependemos de la resistencia de nuestra embocadura. Por lo tanto, es muy importante racionalizar los descansos. Es necesario y obligatorio descansar.

 

También es cierto, que cada músico es diferente. Hay músicos que desarrollan una mayor resistencia. Cada músico tenemos una resistencia y un aguante. Todas las personas no somos iguales a la hora de enfrentarnos a un instrumento. Hay músicos que tienen una técnica muy depurada y con un gran sonido, pero tienen poca resistencia. También se da el caso contrario. Hay músicos con un pobre sonido, pero poseen una gran resistencia.

Consejos útiles para mantener la resistencia.

  • Trabajar antes de nada el calentamiento, primero sin instrumento (masaje facial) y segundo calentando con el instrumento (notas que no requieran mucho esfuerzo).
  • Estar siempre relajados.
  • Tocar siempre con una buena calidad del sonido ( señal que tenemos una buena resistencia).
  • Respetar la afinación.
  • Utilizar los descansos.
  • Tener una buena actitud y aptitud ante el grupo (la cuerda) o la banda
  • Tocar con vista a la hora de tocar (ser inteligentes).
  • Hacer música siempre dentro de los planos sonoros de la banda.
  • Tener en cuenta la velocidad del aire.

¿Por qué?

El tema del aire es imprescindible cuando de instrumentos de viento-metal se trata y, tiene que ver mucho con la resistencia. Generalmente este tema se aborda con diferentes puntos de vista, pero en general hay acuerdo en que sin una buena técnica sobre el uso correcto del aire no se puede tocar eficientemente un instrumento de viento. La velocidad del aire se relaciona con los registros. A mayor velocidad se pueden obtener las notas agudas, también se puede tocar más fuerte, y viceversa, a menor velocidad se tocan las notas graves y se obtienen sonidos más suaves.

 

Domingo Daza Librero
El blog de yomusico.es